La historia de Quesos Navarro no comienza con queso, sino con el espíritu emprendedor de dos personas que jamás dejaron de creer en su visión familiar, incluso cuando las circunstancias no siempre estuvieron a su favor.

Don Alberto Navarro Cruz y Doña Soledad González fueron pioneros en muchos sentidos. Aunque enfrentaron fracasos en negocios anteriores, nunca dejaron de emprender. Con perseverancia y compromiso, construyeron la primera fábrica de hielo en Tepatitlán, lo que les permitió desarrollar un conocimiento valioso en sistemas de refrigeración y conservación.

A partir de esa experiencia, dieron su siguiente paso: comenzaron a comprar leche, enfriarla y venderla a la industria, participando activamente en la cadena de valor del sector lácteo local. Fue una etapa de mucho aprendizaje, que sembró las bases para lo que vendría después.

Su colaboración con Kraft Foods abrió una nueva posibilidad: producir queso. Lo que al principio había sido una visión de embotellar leche evolucionó cuando decidieron adaptar sus instalaciones para la elaboración de queso bajo el modelo de maquila. Así nació, con paso firme y visión de futuro, lo que hoy conocemos como Quesos Navarro.

Más de seis décadas después, seguimos inspirándonos en esa visión original: trabajar con excelencia, con humildad, y con el deseo genuino de compartir lo que mejor sabemos hacer.